terça-feira, 24 de maio de 2011

CTNBio e os transgênicos

CTNBio reduz prazo para a liberação de transgênico no país
Mauro Zanatta | Valor
23/05/2011 8:02Text Resize
Texto:-A +A CompartilharImprimirEnviar por e-mail BRASÍLIA - A Comissão Técnica Nacional de Biossegurança (CTNBio) aprovou, sem fazer alarde, uma alteração em seu regimento interno para acelerar a aprovação de organismos geneticamente modificados no país. Hoje, existem 28 variedades de sementes transgênicas aprovadas pelo colegiado, mas outras oito ainda aguardam na fila pelo sinal verde.

A comissão reduziu de 90 para 30 dias o prazo máximo permitido para a análise dos processos. O rito de tramitação foi alterado a partir de uma determinação judicial que impunha à CTNBio a mudança das regras de sigilo nos processos, cobrando mais transparência nos procedimentos. "Eles aproveitaram isso para alterar os prazos. Tínhamos 90 dias prorrogáveis, e já era apertado. Agora, passou a 30 dias, com um máximo de 90 dias", afirmou o engenheiro Leonardo Melgarejo, representante do Ministério do Desenvolvimento Agrário.

Para o especialista, os membros que buscam fazer uma "análise mais detalhada" serão prejudicados. "Como apenas um dos três pareceres da setorial será suficiente para aprovar na plenária. Isso acelera a liberação porque para rejeitar precisa de muito mais tempo".

O secretário de Políticas e Programas do Ministério da Ciência e Tecnologia, Carlos Nobre, defendeu o chamado "princípio da precaução" nas votações da CTNBio. "Esse colegiado trabalha de forma a dar espaço e promover as discussões necessárias, ouvindo todas as partes até que todos os membros estejam conscientes para votar", disse, em nota. Os reflexos das decisões tomadas hoje, segundo ele, serão sentidos nas próximas décadas. A reportagem não conseguiu contato com o presidente da CTNBio para esclarecer a questão.

As organizações que acompanham as reuniões da CTNBio avaliaram de forma negativa a alteração. "É um procedimento que, no Congresso, é chamado de contrabando legislativo", afirmou Gabriel Fernandes, da ONG AS-PTA Agricultura Familiar e Agroecologia.

A motivação original para a alteração do regimento - ou seja, as mudanças nas regras de sigilo - também foi contemplada. Por decisão da maioria, foi instituída a obrigação de assinatura, pelos relatores de cada processo, de um "termo de compromisso" de sigilo. O objetivo é evitar a divulgação de dados sensíveis contidos nos documentos enviados à CTNBio.

"É um vexame porque o sigilo está intrínseco no nosso trabalho", afirmou Leonardo Melgarejo. A partir de agora, cada relator receberá a documentação sem alguns trechos de caráter sigiloso. Antes, recebia os processos sem a íntegra de documentos importantes para o todo do processo. "Mas o sigilo só é justificado quando a informação pode resultar em vantagem comparativa. A avaliação do impacto de um produto em determinada região não pode ser considerada sigilosa. Isso a sociedade tem direito de saber", disse ele.

A polêmica reunião da CTNBio foi precedida por divergências em torno da liberação comercial de um feijão transgênico da Embrapa. O dirigente do Conselho Nacional de Segurança Alimentar (Consea), Werner Fuchs, afirmou que o produto é desnecessário, aético e ameaça a segurança alimentar. Houve "torcida" no auditório da Embrapa e o processo deixou em aberto os porquês de apenas dois dos 22 testes (entre mais de 50 variedades) terem manifestado resistência ao vírus. Além disso, a Embrapa apresentou só três páginas sobre "fluxo gênico" do feijão, um dos aspectos mais importantes para avaliar a biossegurança do produto.

(Mauro Zanatta | Valor)
CompartilharImprimirEnviar por e-mail Empresas: Notícias deste editoria Todas as noticias
Notícias Relacionadas
23/05/2011 - 20:26 - Apex cria marca para promover equipamentos médicos no exterior 23/05/2011 - 19:19 - Professores da rede estadual de SC mantêm greve por piso nacional

sábado, 21 de maio de 2011

A nova cultura alemã

De la Escuela de Fráncfort a los nuevos narradores
LUIS FERNANDO MORENO CLAROS 21/05/2011 El Pais

Dieciséis pensadores, novelistas, poetas, dibujantes y dramaturgos que representan la cultura alemana. Herederos de clásicos como Goethe, Schiller, Hesse y Böll, y contemporáneos como Grass y Sebald

Jürgen Habermas



(Düsseldorf, 1929)

Es el filósofo de la era "posmetafísica". Colaborador de los míticos Adorno y Horkheimer, sus ideas continúan la labor crítica de la denominada Escuela de Fráncfort. Heredero del 68 pero crítico con los radicalismos ("jamás entendí de dogmatismos"), el autor de Teoría de la acción comunicativa se declaró "filósofo atípico" ya que jamás ha pretendido aportar una visión unívoca y cerrada del mundo, sostenida sobre una sola verdad irrefutable, sino la de un mundo abierto que se sostiene sobre "pequeñas verdades". En 1968 apareció su obra señera Conocimiento e interés, difícil pero decisiva, con la que Habermas pretendía continuar el proyecto de la Modernidad sin dogmatismos ni ideas fijas y en perpetuo diálogo con la realidad; proseguir la lucha ilustrada por la libertad a ultranza, a escala política e individual. LUIS FERNANDO MORENO CLAROS

Hans Magnus Enzensberger

(Kaufbeuren, 1929)

El más versátil y cosmopolita de los escritores de la generación de posguerra entró en el panorama literario alemán como poeta, si bien despliega su máxima potencia en el ensayo político (Política y delito; Perspectivas de guerra civil; El perdedor radical). A partir de los años sesenta, más que un escritor alemán, será un escritor europeo, gracias a su vocación de viajero-lector plurilingüe y su capacidad de aglutinar el pensamiento contemporáneo de los más diversos países. Está familiarizado tanto con las literaturas escandinavas como con la española y las latinoamericanas (traduce, entre otros, a Alberti y Vallejo). Su novela biográfica El corto verano de la anarquía. Vida y muerte de Durruti marcó a generaciones de lectores. Su labor de mediador literario entre España y Alemania le valió en 2002 el Premio Príncipe de Asturias. CECILIA DREYMÜLLER

Alexander Kluge

(Halberstadt, 1932)

Director y productor de cine, artífice de un demoledor programa satírico en la televisión alemana, escritor, abogado y hombre de negocios sin afán de lucro, Alexander Kluge es el intelectual entre los cineastas alemanes y el más cinematográfico entre los escritores. Tras doctorarse en Derecho, Kluge sigue el consejo del filósofo Theodor W. Adorno y estudia cine, convirtiéndose en asistente de Fritz Lang. Su primer largometraje, Una muchacha sin historia, gana un León de Plata en el Festival de Venecia (al que seguirían otros dos Leones de Oro). Títulos emblemáticos de su filmografía son: La patriota, Alemania en otoño, El poder de los sentimientos; entre sus libros río -compuestos de cientos de relatos cortos "de la vida posible"- destacan El hueco que deja el diablo e Historias del cine (ambos en Anagrama). C. DREYMÜLLER

Volker Braun

(Dresde, 1939)

Poeta del pueblo y crítico observador de la realidad política y social primero de la RDA -donde recibió todos los honores, también el de ser observado por los servicios secretos- y después en la Alemania reunificada, Volker Braun, el defensor empedernido de la utopía socialista, estudió Filosofía y trabajó de obrero industrial. Desde que en 1966 publicó su primer poemario en la editorial Suhrkamp, Cosas provisionales, publicó paralelamente en la RDA y la RFA. En la década de los setenta y ochenta, sus obras de teatro, como La historia inacabada, son representadas en toda Europa. Entre sus poemarios destacan El lento crujir de la madrugada, Jardín de recreo, Prusia y A las hermosas farsas. En 1988 recibió el Gran Premio del Estado de la RDA; en 2000, el Premio Georg Büchner. C. DREYMÜLLER

Reinhard Jirgl

(Berlín, 1953)

Cronista de los traumas sociales y las tragedias individuales de la división y reunificación de Alemania, Reinhard Jirgl adopta la baja perspectiva de los perdedores de la historia. Para reproducir el lenguaje de sus inadaptados radicales Jirgl inventa una escritura fonética con sistema ortográfico propio. Solo tras la caída del Muro, se publican y se galardonan con una docena de premios las novelas guardadas en el cajón. Tanto su trilogía de la RDA, Genealogía del matar, como la novela generacional, Los incompletos (2003), sobre el destino de los sudetes expulsados de Checoslovaquia, certifican a Jirgl como un pertinaz y cáustico cronista del pasado y presente de Alemania. En 2005 publica Renegado. Novela de la época nerviosa; en 2009 su gran saga familiar El silencio. En 2010 recibe el Premio Georg Büchner. C. DREYMÜLLER

Cornelia Funke

(Dorsten, 1958)

Cornelia Funke es la heredera del gran Michael Ende en el reino de la fantasía. A raíz de la publicación de su trilogía Mundo de Tinta (Corazón de Tinta, Sangre de Tinta, Muerte de Tinta, Siruela, 2004-2008), se convirtió en una de las autoras de referencia del género que ha dominado la literatura infantil y juvenil en la última década. Con medio centenar de títulos publicados, entre cuentos para niños y novelas juveniles, varios de ellos adaptados al cine, en 2005 fue elegida por la revista Time como "una de las personas más influyentes del mundo". En 2010 apareció, con un espectacular lanzamiento simultáneo en 12 países, Reckless. Carne de piedra, primer título de su último y ambicioso proyecto literario: Mundo Espejo, una transgresora e inquietante serie inspirada en los cuentos de hadas tradicionales. VICTORIA FERNÁNDEZ

Kathrin Schmidt

(Gotha, 1958)

Kathrin Schmidt, la autora de la exuberante novela feminista La expedición Gunnar-Lennefsen (Tusquets), estudió Psicología y ha trabajado como psicóloga infantil, periodista y socióloga. Conocida primero como poeta, desde que en 1993 ganó el Premio Leonce-und-Lena de poesía, se ha hecho también un nombre como novelista con Los gatos negros de Seebach, que trata del acoso de los servicios secretos de la RDA, y Los hijos de Koenig, que aborda el desarraigo que experimentaron muchos ciudadanos de la RDA tras la caída del Muro. En 2009 ganó el Premio del Libro Alemán a la mejor novela con su relato autobiográfico sobre la paulatina recuperación de la memoria tras un coma clínico, No morirás. Libros recientes: el poemario Abejas ciegas y el tomo de relatos Finito. Pasemos página.C. DREYMÜLLER

Ralf König

(Soest, 1960)

Aprendiz de carpintero, el cómic se cruzó en su vida hasta convertirse en su profesión. Primero desde la historieta más alternativa, donde contaba las peripecias del colectivo gay alemán en revistas minoritarias para, casi de forma súbita, pasar al éxito popular con dos obras: El condón asesino y El Hombre Deseado. Desde entonces, su vitriólica visión de las relaciones humanas transciende los límites de la orientación sexual, con cómics que son siempre agudas reflexiones sobre el ser humano sin perder nunca de vista una militancia estricta en defensa de los derechos del colectivo gay que no evita la autocrítica más mordaz. Sus cómics pasean tanto por el costumbrismo como por peculiares y atrevidas adaptaciones queer de clásicos de la literatura griega (Lysistrata), Shakespeare o incluso la Biblia. ÁLVARO PONS

Uwe Timm

(Hamburgo, 1940)

Tras cursar estudios de filosofía y germanística, participó como miembro destacado en el movimiento estudiantil alemán de 1968. Varias de sus novelas son idóneas para comprender esta época. Escritor sociopolítico de izquierdas (pero crítico con la RDA), arremetió contra los prejuicios de la generación que abrazó el nazismo -¿por qué los alemanes de la época de Hitler secundaron los delirios de grandeza del dictador?-. Entre sus numerosas obras destaca Tras la sombra de mi hermano (Destino), una novela singular en forma de reportaje en la que investiga la personalidad de su hermano mayor, alistado a los 19 años en las SS y miembro de un batallón de exterminio de judíos. En castellano contamos también con La noche de San Juan (Alfaguara), un entretenido relato sobre la caótica reunificación alemana. L. F. MORENO CLAROS

Monika Maron

(Berlín, 1941)

El tema principal de la alemana oriental Monika Maron es la relación entre las dos Alemanias antes y después de la Unificación de 1990. Cenizas Volantes, publicado en la República Federal en 1981, es el primer libro que denunció los problemas medioambientales provocados por la industria pesada de la República Democrática Alemana (RDA). Se fue del país un año antes de que cayera el muro de Berlín, ya muy alejada de la ideología oficial del Estado. Vive en Berlín, donde nació en 1941. A Monika Maron, hijastra del que fuera ministro de Interior de la RDA Karl Maron, le pasó con la Stasi (la temida policía política de la RDA) algo parecido a lo de Günter Grass con la SS nazi: tras pasar años criticando en público a sus colaboradores, reconoció que ella también había trabajado para ellos. JUAN GÓMEZ

Botho Strauss

(Naumburg an der Saale, 1944)

Es uno de los dramaturgos alemanes de mayor éxito y proyección. En los setenta, piezas teatrales como Los hipocondríacos y Trilogía del reencuentro lo colocaron entre las primeras espadas de la literatura en alemán. No ha rehuido nunca la polémica, ni en el teatro ni en la narrativa. En los ochenta fue blanco de numerosas críticas por sus escritos narrativos, tachados de reaccionarios y antimodernos. Muy influido por pensadores como Heidegger, su crítica a la sociedad burguesa lo ha llevado, según sus críticos, a asumir posturas radicalmente conservadoras. Él dice no tener en mucha consideración ese concepto, porque "a fin de cuentas, toda la épica surge del pensamiento: los tiempos gloriosos son siempre pasados". La decadencia, por tanto, "siempre estuvo aquí". J. GÓMEZ

Rüdiger Safranski

(Rottweil, 1945)

Es el ensayista (e historiador de las ideas) de mayor impacto dentro y fuera de Alemania. Sus brillantes y asequibles biografías de E.T.A. Hoffmann, Schopenhauer, Nietzsche, Heidegger o Schiller le han granjeado cientos de miles de lectores en todo el mundo. Safranski rastrea todo lo que se conoce sobre sus biografiados y, en una forma muy particular de aproximarse a sus vidas, sus obras y las circunstancias históricas que las rodearon, consigue libros amenos y plenos de información sabiamente dosificada que seducen tanto a un público culto como al más especializado. Uno de sus recientes éxitos ha sido Romanticismo (Tusquets), obra en la que mediante breves biografías enlazadas traza una visión de este movimiento tan alemán. En castellano aparecerá pronto su último trabajo sobre la amistad entre Goethe y Schiller. L. F. MORENO CLAROS

Ingo Schulze

(Dresde, 1962)

Autor "revelación" surgido de la extinta RDA. Sus primeras novelas abordan el derrumbe de aquel Estado sovietizado, mentiroso y dictatorial, con un lenguaje renovado y punzante. El impacto de la política en el ciudadano corriente debido a la caída del muro de Berlín y la Unión Soviética son sus temas predilectos. En su exitoso debut literario, 33 momentos de felicidad (Destino), traza un mosaico humano de situaciones desternillantes, grotescas y tragicómicas que describen una Rusia trastocada sin el comunismo. En Historias simples, al igual que en su último libro, En línea (lo dos en Destino), trata de las desilusiones de individuos inmersos en un mundo que ha perdido su sentido, ya sea el de la antigua Alemania del Este o el dominado por la tiranía del teléfono móvil. L. F. MORENO CLAROS

Richard David Precht

(Solingen, 1964)

Tanto por su fama como por su valía, es hoy un punto de referencia en el panorama cultural alemán. Tras alguna publicación anterior, como La herencia de Noé (2000), en defensa de los animales; de su novela Los cosmonautas (2002), de amor y muerte, o de su libro autobiográfico Lenin llegó sólo hasta Lüdenscheid (2005), el gran éxito le llegó con ¿Quién soy y... cuántos? (Ariel, 2009), una especie de "viaje filosófico". Sigue su éxito con Amor. Un sentimiento desordenado (próximamente en Siruela), y en 2010 con El arte de no ser egoísta, lo que podíamos calificar como la ética de Precht. Tanto desde la filosofía, la sociología y la psicología como desde la ciencia (neurología, genética o evolución), Precht va iluminando temas de máximo interés de un modo atractivo y accesible. Un divulgador nada vulgar, un intelectual comprensible. ISIDORO REGUERA

Ulf K.

(Oberhausen, 1969)

Autor de dibujo limpio y cristalino, la obra de Ulf K. destaca por ser una forma de poesía gráfica personal, que trabaja el simbolismo de la fábula para captar al lector desde la nostalgia infantil y trasladarlo a un entorno de apariencia amable que esconde reflexiones sobre los aspectos más oscuros de la trascendencia humana. La muerte y el amor se alzan como elementos recurrentes de poemas visuales de un romanticismo melancólico travestido de surrealismo en claroscuro, representados perfectamente por el personaje de Hyeronimus B., (editado por Dibbuks) oficinista condenado a vivir una vida gris de la que sólo puede escapar a través del sueño de la utopía. El delicado trazo del autor suaviza el radical expresionismo de Frans Masereel, pero mantiene intacta la fuerza de su mensaje. Á. PONS

Daniel Kehlmann

(Múnich, 1975)

Con apenas 30 años, Daniel Kehlmann alcanzó un éxito inusitado con La medición del mundo. Vendió más de un millón y medio de ejemplares novelando las biografías del naturalista y científico Alexander von Humboldt y el matemático Carl Friedrich Gauß. Dos hombres de principios del Ochocientos con vidas antagónicas y personalidades paralelas. Su nada desdeñable aspiración era "enfrentarse de forma satírica y lúdica a lo que significa ser alemán" contando las vidas de estas dos personalidades señeras del preludio de la fundación de la Alemania moderna. En 2009 se publicó su última obra, Gloria, donde abandona el estilo lacónico del superventas de 2005 y se abre a la experimentación con los temas y la estructura. Dividida en nueve partes, es la historia de un escritor que sueña con una novela sin protagonista. J. GÓMEZ

Espanha e o movimento dos indignados - democracia real

Dominio público
Opinión a fondoDemocracia real y formal20 may 2011Compartir: Etiquetas: Ignacio Sánchez-Cuenca Anuncios Google
Anuncio Único
Abrindo Sua Empresa?Crie Sua Logomarca, Mascote, Cartão e Trabalhos de Web Design. Conheça!
www.wedologos.com.br



IGNACIO SÁNCHEZ-CUENCA

Ya han surgido críticas por el empleo de la expresión “democracia real” en el manifiesto del nuevo movimiento de protesta formado por los colectivos más afectados por la crisis. Algunos se escandalizan de que pueda contraponerse la democracia real a la formal. ¿Acaso la democracia de la que disfrutamos no es real? ¿Qué quiere decir entonces “real”? ¿Es que la democracia es algo más que las reglas que la constituyen y que garantizan la igualdad política de todos los ciudadanos y la celebración periódica de elecciones?
En una democracia, todo el mundo tiene el mismo derecho a participar en la esfera política. Además, los derechos de reunión, asociación y libre expresión permiten que los ciudadanos puedan organizarse políticamente, puedan expresarse y protestar y puedan recibir información libremente. La principal decisión colectiva que toma el pueblo es la elección de sus representantes que, a su vez, se encargan de formar un gobierno.
Todo en este sistema institucional está encaminado a que los representantes actúen según las preferencias mayoritarias en la sociedad. Eso es el autogobierno: que las decisiones políticas se tomen en función de lo que la gente quiere y no de lo que quieren los sabios, los poderosos, los aristócratas o cualquier otra élite. Si el autogobierno no tuviese valor alguno, se podría elegir a los representantes mediante sorteo.
La democracia formal es aquella en la que funcionan las reglas institucionales que definen el sistema, pero que no produce autogobierno. Hay elecciones, hay partidos con posiciones ideológicas diversas y se garantizan los derechos políticos básicos, mas el Gobierno no es capaz de gobernar siguiendo el parecer de la mayoría social.
Creo que, en el fondo, la protesta que está produciéndose estos días se dirige al déficit de autogobierno que padece nuestra sociedad. Este déficit es causado por dos factores muy distintos.
Por un lado, la corrupción, que tiene un efecto corrosivo brutal, sobre todo en tiempos de crisis en los que tanta gente pasa penurias. La corrupción rompe el vínculo representativo, pues el político actúa en beneficio propio o en el de su partido y no en beneficio de la sociedad. Es cierto que la corrupción está hoy enquistada en el nivel autonómico y municipal y no en el Gobierno central, pero teniendo en cuenta los recursos y competencias de los gobiernos autonómicos, esta constatación sirve de poco consuelo.
En la medida en que los partidos hagan la vista gorda ante los casos de corrupción que tienen en sus filas o no tomen medidas efectivas para evitar estos fenómenos, se produce un desafecto que se traduce en decepción con la “clase política”. Se supone que otros políticos, con otros niveles de exigencia, actuarían de forma distinta. Hay algo de ilusorio en esa pretensión, pues los políticos reaccionan sobre todo a los incentivos que tienen. Si la ciudadanía se vuelve más severa y se informa mejor y si se reducen las posibilidades de incurrir en prácticas corruptas mediante reformas institucionales adecuadas, esta misma clase política que hoy tenemos se volvería algo más “virtuosa”.
Por otro lado, hay también déficit de autogobierno porque los gobiernos del área euro se han quedado sin margen de maniobra para responder a la crisis. La política monetaria está en manos del BCE, que es independiente, pero responde sobre todo a los intereses de Alemania. Los países no pueden devaluar. Y el déficit público y la deuda que se genera como consecuencia de la caída de ingresos producida por la crisis no son sostenibles dado el perverso diseño institucional de la Unión Monetaria. Todo esto se traduce en políticas de ajuste dañinas que se imponen como un dictado en los países afectados. Otros países fuera del área euro, como Gran Bretaña,
Estados Unidos y Japón, tienen dificultades parecidas o incluso mayores en términos de déficit y deuda pero no están sometidos a los ajustes que requiere el sistema de gobierno de la Unión Monetaria.
En este sentido, da igual qué partido esté en el gobierno, socialdemócrata o conservador. No es un problema de “clase política”. El problema, más bien, es que no hay margen para hacer otra política que no consista en planes de ajuste destinados a frenar los ataques especulativos contra la deuda pública nacional, ataques que por lo demás son incentivados por el diseño institucional del euro. Es imposible imaginar ahora en España que un partido llegara al poder y pudiera hacer una política económica y social muy distinta, dadas las restricciones a las que se enfrentaría.
En estas condiciones, en las que España y otros países de su entorno parecen atrapados en situaciones imposibles como las que han experimentado muchos países emergentes en el pasado, no puede sorprender que surja la protesta por la pérdida de autogobierno democrático. Nos metimos en la aventura del euro. El experimento no ha funcionado como se esperaba, pero en lugar de reformar el sistema de gobierno del euro se obliga a los países de la Unión Monetaria a llevar a cabo planes de ajuste y reformas liberales que perjudican a grandes capas de la sociedad. Es lógico que en estas condiciones se reclame una “democracia real”, una democracia en la que el autogobierno vuelva a ser efectivo.

Ignacio Sánchez Cuenca es profesor de Sociología en la Universidad Complutense y autor de ‘Más democracia, menos liberalismo’

sexta-feira, 20 de maio de 2011

Nye e a ordem internacional

Eentrevista: Que papel os países ricos e emergentes vão desempenhar num mundo globalizado, com crise econômica, conflitos étnicos e terrorismo? O professor de Harvard Joseph Nye, uma das principais autoridades em relações internacionais, responde.
O poder muda de mãos
João Villaverde | De São Paulo
20/05/2011

Para Nye, assassinato de Bin Laden contribui para "esvaziar o mito de invencibilidade usado por ele desde o 11 de Setembro"A China vai alcançar os EUA, em termos econômicos, em algum momento desta década. Mas ainda vai demorar outras três décadas para se equiparar aos americanos na divisão per capita da riqueza produzida pelo país. O problema é que os chineses não desfrutam, como os americanos, de uma capacidade para atingir corações e mentes, o "soft power", aquele poder suave capaz de liderar o mundo no campo das ideias e dos costumes. Essa é a avaliação de Joseph Nye, cientista político, professor da Universidade de Harvard e ex-consultor do Departamento de Estado dos EUA, para quem o Brasil conta com um bônus estratégico na correlação de forças no campo das ideias - o fato de crescer rápido sob um regime democrático, com alternância de poder e eleições livres.

"Imagine o México e o Canadá conspirando com a China para reduzir o poder dos EUA. É exatamente o que ocorre com Japão, Vietnã e Coreia do Sul, que buscam os americanos para contrabalançar o poder chinês na Ásia", afirma Nye, em entrevista, por telefone, ao Valor. "Quando falamos de 'soft power', é isso."

Nye obteve reconhecimento internacional em dois momentos muito distintos. No primeiro, em 1977, o cientista político americano desenvolveu o termo neoliberalismo para denominar os ideias dos economistas da Universidade de Chicago, então proeminentes no debate público americano e cujo líder, Milton Friedman, levara o Prêmio Nobel de Economia em 1976. Segundo Nye, os neoliberais defendiam uma política econômica que perseguia a redução do aparato estatal - dos investimentos às agências públicas, passando pela regulação dos negócios - e viam no mercado, especialmente o financeiro, a saída mais razoável para os problemas econômicos.

Já em 2004, seu livro "Soft Power: The Means to Success in World Politics" (Poder suave: a maneira de fazer sucesso na política global, em tradução livre) trouxe para o debate internacional uma atualização da teoria do italiano Antonio Gramsci (1891-1937), que dividia as nações entre as que exerciam um poder de hegemonia dirigente - no campo da cultura e das ideias - e os que exerciam hegemonia dominante - pela via militar.

"Não vejo o declínio americano. O que há é uma ascensão do resto. Em termos absolutos, os Estados Unidos vão ficar bem"
Para Nye, o "soft power", mais eficaz no domínio de uma nação sobre outras mais pobres, era exercido de maneira exemplar pelos Estados Unidos - de onde emanavam os filmes de Hollywood, as celebridades musicais, os políticos carismáticos. Ao mesmo tempo, o "hard power" americano também era forte - o dólar como moeda universal, o poderio militar, a chefia do grupo dos sete países mais ricos do mundo (G-7) e a influência por meio do Fundo Monetário Internacional (FMI).

Hoje, o neoliberalismo perdeu força diante da emergência de países onde o Estado tem grande influência - como China, Brasil e Índia, em diferentes escalas - e o "soft power" americano é ameaçado pela crise mundial e pelo vazamento de grampos nas embaixadas americanas por parte do WikiLeaks.

Para Nye, que acaba de publicar o livro "The Future of Power" (O futuro do poder, em tradução livre), o Brasil desenvolveu um modelo exportável para outras nações, ao combinar crescimento e democracia, mas não pode deixar a inflação escapar do controle. Ao mesmo tempo, a ideia de uma teoria para suceder ao neoliberalismo, que alguns economistas chamam de capitalismo de Estado, precisa ser colocada em perspectiva. Tal qual ocorreu com o neoliberalismo, diz Nye, "hoje vivemos outra supersimplificação ideológica na economia, que vê no Estado grande uma solução universal para o capitalismo".

A seguir, trechos da entrevista:

Valor: Em 2004, quando o senhor desenvolveu a teoria do "soft" e do "hard power", o mundo vivia o século americano. A China não era estudada com a mesma intensidade de hoje, eram poucos os governos de esquerda com discurso antiamericano na América Latina e as guerras no Afeganistão e no Iraque tinham grande apoio. Depois da crise de 2008, não apenas passamos a ver países como China, Índia e Brasil ganharem mais espaço no noticiário, como o Estado, antes enxugado, passou a ter predominância nas discussões econômicas. O poder está mudando de mãos?


Ruy Baron/Valor

Dilma Roussef: para o professor de Harvard, presidente dá sinais de que seguirá a trilha do progresso de seus antecessores Luiz Inácio Lula da Silva e Fernando Henrique Cardoso
Joseph Nye: Definitivamente, os países emergentes estão aumentando seu "soft power" com uma rapidez sem precedentes. Mas há nuanças entre eles. O "soft power" vem de valores e da cultura e de como as políticas de cada governo são percebidas por outros países, isto é, o jeito como os governantes se vendem. Então, há uma certa atração por países como Brasil, Índia e China, que nasce do sucesso recente. Mas acho que Brasil e Índia têm um bônus, pois são democráticos. A China, por exemplo, gastou muito dinheiro, alguns bilhões de dólares, para aumentar seu "soft power", com seus institutos confucianos e exposição da marca China no mundo inteiro, mas, ao mesmo tempo, prendeu Liu Xiaobo [escritor e ativista dos direitos humanos chinês, preso pelo governo e ganhador do Prêmio Nobel da Paz]. Esse tipo de atitude, perante os holofotes globais, corta rapidamente seus investimentos em "soft power". Já o Brasil, com suas eleições democráticas, a troca de pessoas nos governos, atrai muita atenção, como a Índia. Acho que sim, o "soft power" dos emergentes está aumentando, mas penso que a China tem uma tarefa muito mais complexa do que o Brasil em virtude de seu regime autoritário.

Valor: E o "hard power" dos emergentes, cresce mais rápido que o "soft power"?

Nye: Com 10% de crescimento econômico anual e com orçamento militar crescendo ainda mais rápido que o PIB anualmente, o "hard power" da China está crescendo forte e rápido. Mas sempre que o "hard power" de alguma nação cresce forte, ela pode acabar assustando seus vizinhos. E se você assusta seus vizinhos demais - e não tem seu "soft power" para contrabalançar -, podem surgir coalizões contra você. Se olharmos com atenção, as relações atuais da China com Corea do Sul, Japão, Vietnã e Índia estão piores do que estavam há dois anos. Preste atenção: todos esses países querem a presença americana para contrabalançar o poder chinês.

Valor: E os americanos têm disposição ou dinheiro para isso?

Nye: Certamente podem equilibrar o poder chinês desse jeito. O governo americano tem quase 50 mil tropas no Japão, e os japoneses dão muito suporte financeiro a essas expedições. Não há um grande custo para o orçamento americano. O que os americanos têm de repensar em sua estratégia militar é outra coisa. Deveriam seguir o conselho que [Dwight] Einsenhower [presidente dos EUA entre 1953 e 1961] fez 50 anos atrás: "Não se envolva territorialmente na Ásia". Embora a guerra no Afeganistão esteja nos custando algo como US$ 100 bilhões ao ano, manter tropas no Japão não nos custa muito, não sei quanto exatamente, mas é pouco comparativamente. Os americanos podem pagar por essas operações, que aumentam sua influência em terras estrangeiras? Podem, porque os outros nos querem lá. É quando você não é desejado, como no Afeganistão, que fica caro.

Valor: Quer dizer que o incremento no "hard power" chinês acaba sendo positivo para os Estados Unidos?


AP

Barack Obama: discurso do presidente, segundo Nye, propõe uma política externa mais aberta e colaboradora
Nye: Exatamente. Imagine o México e o Canadá conspirando com a China para reduzir o poder dos EUA. É o que ocorre com Japão, Vietnã e Coreia do Sul, que buscam os americanos para contrabalançar o poder chinês na Ásia. A diferença é que os Estados Unidos têm muito "soft power" no Canadá e no México, e a China não tem muito em Tóquio ou em Nova Déli.

Valor: Para o estrategista Michael Mandelbaum, a geração dos "baby boomers" [os nascidos entre 1946 e 1964, nos EUA] está envelhecendo e, ao mesmo tempo, os EUA estão tendo de lidar com a crise. Haverá dinheiro para pagar aposentadorias e recuperar a economia?

Nye: Se olhar a comissão que Barack Obama destacou para debater o futuro da solvência americana, muitas propostas poderiam resolver os problemas de maneira bem razoável. A questão não é se determinada proposta é pagável, mas se politicamente conseguiremos construir um consenso de forma a trabalhar em torno de um objetivo único. Vemos o início dessas discussões, mas os políticos ainda vão demorar cerca de dois anos para determinar um caminho único.

Valor: Por que algum país ficaria atraído pelos americanos no século XXI, após a explosão da crise econômica mundial?

Nye: Em meu novo livro, "The Future of Power", há um capítulo para discutir isso, ou seja, o futuro dos EUA. Argumento que não vejo o declínio americano. O que há é uma ascensão do resto. Em termos absolutos, acho que os americanos vão ficar relativamente bem, mas, em termos relativos, países como China, Índia, Brasil, estão se aproximando dos EUA e continuarão fazendo isso. Não necessariamente eles ultrapassarão os EUA, mas estão chegando perto. Nesse mundo, os americanos vão precisar de uma estratégia de cooperação e colaboração com os outros. Além disso, é um mundo em que muitas questões vão ficar mais sérias. Temas como mudança climática, segurança cibernética, estabilidade financeira, tudo isso requer cooperação, nenhum país sozinho conseguirá resolvê-los. Os americanos vão ficar com uma política externa mais colaboradora, mais aberta, e isso é muito positivo, mas vai demorar um tempo para que atinjamos esse processo. E acho que Obama está dirigindo-se nessa direção.

Valor: Por quê?

Nye: Não sei se ele está efetivamente se dirigindo à maior cooperação, mas certamente seu discurso e sua figura como presidente vão nessa direção.

Valor: O assassinato de Osama Bin Laden pode desarticular o discurso da "guerra antiterrorismo" e, de certa forma, reverter a perda de hegemonia dos EUA?

Nye: O terrorismo depende de drama e narrativa para capturar a atenção da mídia e impor uma agenda mundial, ou seja, não necessariamente americana, mas de praticamente todos os países. O assassinato de Bin Laden contribui para esvaziar o mito de invencibilidade que ele usou para definir a agenda desde o episódio do 11 de Setembro de 2001. Não é o fim do terrorismo, mas o início de uma série de reveses para a Al Qaeda.

Valor: Na América Latina, assistimos à ascensão de governos que renegam o passado recente de seus países, quando a participação americana era muito grande. Vê espaço para os americanos ampliarem seu "soft power" aqui?

Nye: Não acho que Venezuela e Equador são a onda do futuro, sinceramente. Se perguntar aos países do continente se todos querem seguir a risca esses modelos, não tenho certeza que encontrará a maioria respondendo que sim. Acho que o Brasil é, obviamente, mais importante. Temos visto grande progresso no Brasil. Basta verificar o que fizeram [Fernando Henrique] Cardoso, [Luiz Inácio] Lula [da Silva] e agora Dilma [Rousseff], que também segue o mesmo caminho. São com países como o Brasil que os EUA podem trabalhar muito bem.

Valor: A crise de 2008 reduziu o ímpeto da teoria neoliberal e do Consenso de Washington. Com o recrudescimento do papel do Estado, seja absorvendo empresas e bancos falidos nos países ricos, seja ampliando os investimentos e gastos com pessoal nos países emergentes, o senhor vê uma nova teoria econômica surgindo?

Nye: Algumas pessoas denominam esse modelo pós-crise de capitalismo de Estado, dizendo que esta teoria será majoritária no futuro. Isso é simplista. Da mesma forma que o Consenso de Washington era supersimplificado. Não acho que há um tipo de capitalismo, mas vários. Na Europa, é possível encontrar diferentes modelos de capitalismo: o praticado por escandinavos, outro pelos alemães, outro pelos franceses e outro pelos ingleses. As pessoas esquecem que havia discordâncias entre os teóricos que participaram daquela reunião que gerou o Consenso de Washington.

Valor: Poderia haver alguma divisão, mas, ao fim, era um consenso, não?

Nye: O que caracteriza o Consenso de Washington foi uma simplificação grosseira de que os mercados poderiam resolver tudo e que não precisavam do Estado para nada ou muito pouco. Os tempos de mudança, naquela época, permitiram aquilo. Como ocorre agora, não é? Vivemos hoje outra supersimplificação, de que o Estado capitalista resolve tudo. Mas há nuanças entre China, Índia e Brasil, ou a atuação e o tamanho do Estado nesses países é igual? É claro que não.

Valor: Como o senhor vê os países europeus vivendo a atual situação de dívidas enormes e uma economia de fraco crescimento?

Nye: A Europa vive um período diferente em termos de problemas com dívida soberana. Mas quando se olha alguns anos à frente, sem toda essa urgência do momento, penso que os europeus vão se sair bem. Nada é garantido, claro, podemos ver novos problemas ou surpresas no meio do caminho. Mas acho que a União Europeia vai sobreviver, e, ainda que não vejamos crescimento rápido entre os europeus, podemos esperar algum crescimento, o que já seria ótimo. Penso que, em algum momento, deverá haver uma reestruturação de dívida na Grécia, Portugal, Irlanda ou Espanha, que são os mais problemáticos.

Valor: E nos Estados Unidos?

Nye: Vai depender muito se atingirmos um acordo, nos próximos dois ou três anos, em torno do que fazer e dar prioridade no orçamento. Penso que conseguiremos, mas isso passará pela formação de uma grande aliança. Se olhar os fundamentos de nossa economia, ela ainda é razoavelmente forte. Os EUA, de acordo com o mais recente Fórum Econômico Mundial, ainda é a quarta economia mais competitiva do mundo. Isso diz muito, não? A China é a 27ª.

Valor: Os Estados Unidos ainda poderão ser reconhecidos pela inovação e criatividade?

Nye: Se olhar novas tecnologias, como biotecnologia e nanotecnologia, os Estados Unidos estão na primeira fila da inovação. Ainda que tenhamos problemas para pagar pelo comportamento da última década, não somos uma economia em colapso. É bom lembrar que apenas 12 anos atrás, os Estados Unidos tinham superávit orçamentário. Mas Bush concedeu desonerações fiscais aos mais ricos e entrou em duas guerras que não foram pagas. Esse é um problema sério. Se seremos capazes de resolvê-lo, não sei. Isso depende da política. Mas economicamente é plausível.

Valor: O xadrez geopolítico mudou rapidamente: era um, poucos anos atrás, e outro muito distinto hoje, com EUA e Europa em crise, países emergentes ganhando capa de revistas importantes e revoluções populares em antigas ditaduras árabes. Como será esta década?

Nye: Ainda teremos crescimento rápido em países como Índia, Brasil e China. Acho que a economia americana vai melhorar e caminhar para crescimento de 2% a 3% ao ano, além de considerar bem difícil uma crise em "W". O tamanho da economia chinesa será equivalente à americana em algum momento desta década, em termos de PIB. Mas é importante entender que, mesmo tendo certa equivalência no tamanho da economia, não haverá a mesma qualidade na composição desse crescimento. A China ainda conviverá com grandes bolsões de pobreza e ineficiência. Você mede isso pelo PIB per capita. Nesse caso, a China não será equivalente aos EUA pelas próximas duas ou três décadas.

Valor: Vivemos no Brasil algo relativamente parecido com os EUA dos anos 50, só que sem a União Soviética. Quer dizer, formamos uma classe média, que está por trás do crescimento econômico puxado por mercado doméstico aquecido. O senhor considera esse um modelo exportável?

Nye: Se os brasileiros conseguirem manter a inflação sob controle, a resposta é sim. No Brasil, sob FHC, vocês conseguiram manter a inflação sob controle e Lula foi hábil para continuar aquela política fiscal razoavelmente apertada, especialmente no começo. Ao mesmo tempo, Lula lançou mão do Bolsa Família para fazer algo pela desigualdade. Minha impressão é que se o Brasil continuar com essas linhas, com inflação baixa e queda dos indicadores de pobreza, não há dúvidas que vocês terão um modelo que outros países vão admirar, e eventualmente copiar.

terça-feira, 17 de maio de 2011

A revolta arabe

Folha de São Paulo, terça-feira, 17 de maio de 2011




"Morte de Osama ajuda revolta árabe"

Fim do líder terrorista surge na hora em que região mostra aversão a radicalismo, diz analista francês Zaki Laidi

Para diretor do IEP de Paris, potências estão de mãos atadas e não conseguem impedir massacre civil na Síria

SAMY ADGHIRNI
DE SÃO PAULO

A indiferença com a qual a morte de Osama bin Laden foi recebida no mundo árabe prova que as populações da região sabem que o radicalismo violento não leva a nada. A avaliação é do analista Zaiki Laidi, diretor de pesquisa do prestigiado Instituto de Estudos Políticos de Paris. Ele conversou com a Folha, por telefone, na semana passada.

Folha - Qual o efeito da morte de Bin Laden sobre a Primavera Árabe?
Zaki Laidi - É a melhor notícia possível para a Primavera Árabe. É uma coincidência feliz entre um levante que não deve nada ao islamismo [militante], muito menos ao islamismo radical, e a destruição do maior símbolo do radicalismo devastador.
Isso mostra que o jihadismo não leva a resultado tangível. O que os jihadistas conseguiram em 30 anos de ativismo iniciado com o assassinato do [presidente egípcio Anuar] Sadat? Nada, tanto em termos de eficiência política quanto em capacidade de mobilizar as populações em torno do radicalismo.
O radicalismo violento não produziu nada inclusive na questão palestina. Nesse tema, acabamos de ver um exemplo claro de que a opção democrática rende melhor resultado. A reaproximação entre Hamas e Fatah, articulada pelo novo governo egípcio, é o claro desdobramento da mudança de governo no Egito na frente externa.
Ela mostra que um regime democrático árabe pode ter efeito alavancador sobre a questão palestina maior do que um regime não democrático. O atual governo egípcio fez o que [o ex-ditador Hosni Mubarak] jamais conseguiu.
E nenhuma país condenou a iniciativa. Shimon Peres [presidente de Israel] disse que importa o que o Hamas faz, não o que ele diz.


As circunstâncias da morte de Bin Laden não podem prejudicar a relação entre o Ocidente e os muçulmanos?
Não creio. A morte de Bin Laden foi recebida no mundo árabe com indiferença.
Não acho que o jihadismo tenha morrido, mas é o fim de um ciclo. Historicamente, é raro que um movimento sobreviva à queda ou morte de um líder carismático.


Por que há pouca reação aos massacres de civis na Síria?
Primeiro, é difícil para a comunidade internacional e os atores dominantes se mobilizarem intensa e simultaneamente em várias frentes.
A segunda razão é que a questão da Síria foi, sim, levada ao Conselho de Segurança da ONU por alguns países, como França e Reino Unido. Mas se algum país propõe uma resolução muito dura, é certo que ela será vetada por China e Rússia.
Elas sentem que foram passadas para trás com a resolução 1973 [que autorizou um ataque à Líbia] e agora estão decididas a barrar qualquer texto contra a Síria.
O custo de uma intervenção contra o regime sírio é muito elevado, e não há um consenso internacional.


A Primavera Árabe está patinando?
Não. Ela só entrou numa fase mais dura. Os líderes árabes percebem que a pressão popular é muito forte, mas calculam que não têm mais nada a perder e que as potências ocidentais não conseguiriam levar várias operações de front com legitimidade. Os regimes árabes só pensam em sobreviver.

domingo, 15 de maio de 2011

Ackerman e o caso wikileaks

The New York Review of Books
Private Manning’s HumiliationApril 28, 2011Bruce Ackerman and Yochai BenklerE-mail Print Share Bradley Manning is the soldier charged with leaking US government documents to Wikileaks. He is currently detained under degrading and inhumane conditions that are illegal and immoral.

For nine months, Manning has been confined to his cell for twenty-three hours a day. During his one remaining hour, he can walk in circles in another room, with no other prisoners present. He is not allowed to doze off or relax during the day, but must answer the question “Are you OK?” verbally and in the affirmative every five minutes. At night, he is awakened to be asked again “Are you OK?” every time he turns his back to the cell door or covers his head with a blanket so that the guards cannot see his face. During the past week he was forced to sleep naked and stand naked for inspection in front of his cell, and for the indefinite future must remove his clothes and wear a “smock” under claims of risk to himself that he disputes.

The sum of the treatment that has been widely reported is a violation of the Eighth Amendment’s prohibition of cruel and unusual punishment and the Fifth Amendment’s guarantee against punishment without trial. If continued, it may well amount to a violation of the criminal statute against torture, defined as, among other things, “the administration or application…of… procedures calculated to disrupt profoundly the senses or the personality.”

Private Manning has been designated as an appropriate subject for both Maximum Security and Prevention of Injury (POI) detention. But he asserts that his administrative reports consistently describe him as a well-behaved prisoner who does not fit the requirements for Maximum Security detention. The brig psychiatrist began recommending his removal from Prevention of Injury months ago. These claims have not been publicly contested. In an Orwellian twist, the spokesman for the brig commander refused to explain the forced nudity “because to discuss the details would be a violation of Manning’s privacy.”

The administration has provided no evidence that Manning’s treatment reflects a concern for his own safety or that of other inmates. Unless and until it does so, there is only one reasonable inference: this pattern of degrading treatment aims either to deter future whistleblowers, or to force Manning to implicate Wikileaks founder Julian Assange in a conspiracy, or both.

If Manning is guilty of a crime, let him be tried, convicted, and punished according to law. But his treatment must be consistent with the Constitution and the Bill of Rights. There is no excuse for his degrading and inhumane pretrial punishment. As the State Department’s P.J. Crowley put it recently, they are “counterproductive and stupid.” And yet Crowley has now been forced to resign for speaking the plain truth.

The Wikileaks disclosures have touched every corner of the world. Now the whole world watches America and observes what it does, not what it says.

President Obama was once a professor of constitutional law, and entered the national stage as an eloquent moral leader. The question now, however, is whether his conduct as commander in chief meets fundamental standards of decency. He should not merely assert that Manning’s confinement is “appropriate and meet[s] our basic standards,” as he did recently. He should require the Pentagon publicly to document the grounds for its extraordinary actions—and immediately end those that cannot withstand the light of day.

Bruce Ackerman
Yale Law School
New Haven, Connecticut

Yochai Benkler
Harvard Law School
Cambridge, Massachusetts

Zizek e Schmitt

São Paulo, domingo, 15 de maio de 2011


Texto Anterior | Próximo Texto | Índice | Comunicar Erros

CRÍTICA

Radical pop

O ecletismo previsível de Slavoj Zizek

RESUMO
Em dois livros recém-lançados no Brasil, o esloveno Slavoj Zizek faz uma crítica à teoria do "fim da história" de Francis Fukuyama, defende um "terror revolucionário anti-humanista" e interpreta as reações à crise econômica de 2008; esbarra, no entanto, em simplificações e numa visão do poder político sombria e violenta.

JOAQUIM TOLEDO JR.

SLAVOJ ZIZEK É, hoje, a figura mais pública entre os intelecuais ligados à "esquerda radical". O entusiasmo em torno de seus livros e de suas aparições ao vivo lhe rendeu o apelido, a princípio irônico mas -numa torção de sentido bem a seu gosto- hoje assumido, de "Elvis Presley da crítica cultural".
Zizek (pronuncia-se "jijék") recolocou a filosofia e a crítica social marxista na atenção do público e da mídia -e parte desse sucesso pode ser atribuída, como em todo popstar, a seu carisma, mas também à sua insistência em provocar seus interlocutores independentemente do lugar que ocupem no espectro político. Sua incrível capacidade de dar respostas às questões mais atuais e urgentes -dos filmes mais recentes de Hollywood à crise econômica mundial, passando pelos fatos e factoides que enchem os jornais- colocou-o no centro das atenções de um público ávido por explicações que desvelem a intricada natureza do capitalismo global.
Para Zizek, tudo sob o sol é, segundo a expressão de Claude Lévi-Strauss, "matière à penser" - tudo é material para o pensamento e tudo esconde (e revela, para o bom observador) as contradições da modernidade capitalista.

MARX E LACAN Zizek pôs em circulação uma abordagem crítica que combina marxismo filosófico e psicanálise lacaniana.
Essas perspectivas teóricas o habilitam a questionar discursos e realidades da sociedade capitalista como apenas uma parte de uma história mal contada: as promessas de liberdade e igualdade, inscritas na imagem que a sociedade burguesa construiu de si mesma desde a Revolução Francesa, são antes uma promessa jamais cumprida ou uma dádiva distribuída desigualmente entre exploradores e explorados.
Da mesma forma, democracia liberal e Estado de direito são antes formas de bloquear as energias utópicas liberadas pela revolução de 1789 e por outros "Eventos" (segundo a expressão de Alain Badiou empregada por Zizek) revolucionários do que sua realização institucional. A história da sociedade moderna é, assim, uma história de usurpação de potenciais de emancipação, e cada volta no parafuso significa mais uma vitória do capitalismo.

A HIPÓTESE COMUNISTA É por isso que, para Zizek, a derrota histórica do comunismo não é a prova definitiva de que seu conteúdo utópico estivesse equivocado. Seu fracasso é antes sinal de que a ideia de comunismo carregasse consigo o potencial emancipador definitivo.
Assim, a "hipótese comunista" (expressão de Badiou) é atual: numa época em que a natureza, o código genético da espécie humana e as energias criativas dos indivíduos estão sob ameaça de apropriação pelo Capital (na forma de catástrofes ecológicas, da biotecnologia e da propriedade intelectual), é necessário recuperar a ideia dos "comuns", a cuja privatização devemos resistir a todo custo.
O preço de abandonar a hipótese comunista à lata de lixo da história, defende Zizek na coletânea de ensaios "Em Defesa das Causas Perdidas" [trad. Maria Beatriz de Medina, Boitempo, 477 págs. R$ 69], é transformar em realidade a profecia de Francis Fukuyama, para quem a derrota do bloco comunista sinalizou a vitória definitiva do capitalismo.

TERROR REVOLUCIONÁRIO Assim como a hipótese comunista precisa, para Zizek, ser recuperada, também a ideia de "terror revolucionário anti-humanista" precisa ser salva de seus detratores modernos. Historiadores conservadores como Edmund Burke viram na Revolução Francesa uma erupção de violência inumana. Essa imagem contaminou a própria ideia de revolução, colocando-a fora do espaço da política -legitimando a "democracia liberal" como única forma possível de ação na esfera política.
Mas é nesse "lado de fora" da política que o "terror" precisa se manter. A convergência completa de interesses entre o sistema político moderno -na forma atual das democracias liberais de massa- e o sistema econômico neutraliza o potencial transformador da democracia.
O terror, para Zizek, é a imposição "violenta" da vontade do povo sobre as esferas sociais que se autonomizaram e renovam eternamente as relações de dominação (em especial, a esfera econômica). Sem esse momento de imposição radical da vontade não há terror; sem terror não existe revolução e, sem revolução, não há emancipação.
A capacidade do sistema capitalista de reinventar-se, de domesticar energias utópicas e eternizar-se faz com que suas crises sejam apenas mais uma forma de se fortalecer, assim como o personagem Jason da série de terror "Sexta-Feira 13", que é sempre (aparentemente) morto ao final dos filmes, para alívio dos personagens que escaparam da carnificina, apenas para retornar com sede de violência redobrada.

CRISE A perspectiva de recusa radical, no entanto -a desconfiança total das instituições do mundo moderno-, prejudica o alcance e o interesse da própria crítica.
Em seu breve comentário da crise de 2008, recém-lançado no Brasil, "Primeiro como Tragédia, Depois como Farsa" [Boitempo, trad. Maria Beatriz de Medina, 136 págs., R$ 39], Zizek ironiza as propostas ("liberais") de reformar as instituições de regulação da economia a fim de evitar que crises como essa se repitam.
Para ele, crises econômicas são manifestações das contradições estruturais do capitalismo e nem a indignação moralista (a denúncia da "ganância" de Wall Street) nem as boas intenções liberais (maior regulação dos mercados financeiros) são capazes de evitar que voltem a acontecer. O fato, no entanto, de o sistema capitalista ainda estar sujeito a essas instabilidades mostra que, mais uma vez, as profecias e celebrações sobre o "fim da história" estavam equivocadas.

LIMITAÇÕES Mas a repetição parece dar-se também em outro nível, no interior da própria crítica. O entusiasmo, o ecletismo e o vigor intelectual de Zizek nem sempre compensam as limitações de uma perspectiva crítica que parece cada vez mais autorreferente.
Como nos exemplos mais pedestres do universo do pop, Zizek adquiriu o hábito de dar à sua audiência exatamente o que ela quer: uma repetição dos motivos (elaborados, na maioria das vezes, num jargão marxista pouco original) pelos quais devemos adotar a recusa radical e exigir nada menos do que a revolução total.
O caráter "totalizante" da crítica resulta em uma perspectiva que nivela tudo: a relação de Heidegger com o nazismo é redimível quando consideramos que ele estava impressionado com a radicalidade da recusa ao mundo moderno que parecia ser, ao menos a ele, Heidegger, o centro da agenda do partido nacional-socialista alemão. Para Zizek, ele andou certo, mas na direção errada, ao entusiasmar-se com a promessa de um "Evento" revolucionário -que, por ironia da história, se revelou assombrosamente o oposto.
Como muitos ídolos pop, Zizek sabe colocar diante de si uma imensa máquina de promoção que coloca em segundo plano o que deveria ser o centro de seu espetáculo: suas intervenções são infelizmente cada vez mais previsíveis, quando não superficiais (em seu livro, há pouca ou nenhuma novidade que ajude a compreender e enfrentar a crise de 2008).

VISÃO SOMBRIA Acima de tudo, a crítica da democracia e a defesa do "terror" colocam Zizek no campo oposto àquele em que se esperaria encontrá-lo. Não é de hoje que a esquerda radical flerta com teorias de poder conservadoras que, de Thomas Hobbes (1588-1679) a Carl Schmitt (1888-1985), dispensam noções de legitimidade, participação e autonomia em nome de uma visão sombria do poder político como uma força que emana de si mesma e que opera não a partir de processos intersubjetivos racionais, mas segundo a imposição de uma vontade soberana.
Não é à toa que Zizek encerra "Em Defesa das Causas Perdidas" elencando as exigências igualmente sombrias que se impõem a nós se quisermos evitar a catástrofe ecológica. Além da justiça igualitária, que deverá exigir sacrifícios de todos, e de um "voluntarismo" que confere legitimidade a "decisões coletivas em grande escala", devemos recuperar as figuras do "terror", na forma da "punição impiedosa" dos que violarem as medidas impostas (com "controle tecnológico dos que desrespeitarem as leis", se necessário), e da "confiança no povo" -cuja manifestação, segundo Zizek, é a reativação de "uma das figuras do terror igualitário-revolucionário": o informante.
É irônico, para não dizer decepcionante, que as energias críticas do pensamento radical estejam voltadas à defesa da agenda totalitária e policialesca da delação e da punição violenta. O fantasma de Carl Schmitt parece rondar a esquerda radical, e não necessariamente na forma de assombração.

O entusiasmo e o vigor intelectual de Zizek nem sempre compensam as limitações de uma perspectiva crítica cada vez mais autorreferente

Acima de tudo, a crítica da democracia e a defesa do "terror" coloca Zizek no campo oposto àquele em que se esperaria encontrá-lo

sábado, 14 de maio de 2011

Constitucionalismo latino americano

Folha de São Paulo, sábado, 14 de maio de 2011




Bolívia terá voto direto para o Judiciário

Eleitores receberão informações de candidatos, que ficam proibidos de dar entrevistas

FLÁVIA MARREIRO
DE CARACAS

A Bolívia anunciou ontem que realizará em 16 de outubro uma inédita e controversa eleição direta da cúpula do Judiciário para a qual não haverá campanha aberta nos meios de comunicação.
Apenas o órgão eleitoral poderá divulgar informações sobre os candidatos, que não podem conceder entrevistas.
A imprensa local -incluindo o jornal "El Deber", de La Paz, e a rádio Erbol, uma das maiores do país- ameaça desobedecer às rígidas regras de campanha aprovadas em 2010 pela Assembleia Nacional, dominada pelo governo Evo Morales.
"Essa lei viola nossa Constituição e o direito de liberdade de expressão. É autocensura, é mordaça. Como pode haver eleições dessa maneira? Vamos fazer novo apelo ao governo pela revisão", disse à Folha Juan Javier Ceballos, presidente da Associação Nacional de Imprensa (ANP, na sigla em espanhol).
Morales defende as restrições, afirmando que não se pode permitir que candidatos a magistrados façam campanha desigual ou sejam favorecidos pela mídia.
A Constituição boliviana, aprovada em 2008, estabeleceu o formato de eleição direta da cúpula do Judiciário, de 56 membros (Tribunal Supremo de Justiça, Tribunal Constitucional, Tribunal Agroambiental e Conselho de Justiça). Morales diz que a votação "descolonizará" o Poder.
O modelo gera controvérsia especialmente porque os candidatos serão pré-selecionados pelo Parlamento majoritariamente governista.
A oposição diz que, após outubro, o governo poderá controlar o Tribunal Constitucional -em última instância, a corte que decidirá se Morales poderá ou não concorrer a uma terceira eleição em 2015.
A oposição diz que a Constituição permite reeleição do presidente só uma vez, e que Morales não poderá ser candidato porque já está em seu segundo mandato. O governo diz que a Carta cria uma nova era jurídica, de modo que a primeira eleição, em 2005, não pode ser somada.
Morales já está totalmente entregue a uma outra campanha: a de angariar apoio popular para sua iniciativa de lutar nos tribunais internacionais para que o Chile conceda à Bolívia uma saída "soberana" ao mar.
Para tal, emitiu anteontem um decreto para obrigar os meios de comunicação do país a mostrar "fervor patriótico" em mensagens e a tocar o Hino Naval nas rádios e TVs. Ainda não estava claro como o decreto seria implementado no caso dos jornais.

segunda-feira, 9 de maio de 2011

Internacionalização da universidade

Folha de São Paulo 9 de maio de 2011

ENSINO SUPERIOR

Sem fronteiras

As iniciativas e os obstáculos de instituições brasileiras frente à internacionalização





ÉRICA FRAGA
SABINE RIGHETTI

DE SÃO PAULO

Internacionalizar e, ao mesmo tempo, conseguir manter e formar os melhores cérebros é o grande desafio do ensino superior atual. No mercado global é assim. No Brasil não é diferente.
Aqui, essa internacionalização -medida principalmente pelo número de alunos e professores estrangeiros e pela existência de projetos acadêmicos bi ou multinacionais- tem dado seus primeiros passos alimentada pela maior agressividade das faculdades privadas.
Entre as razões para a "caça" de acadêmicos no exterior está trazer especialistas em áreas nas quais há carência no país. E, é claro, concorrer no "mercado" de alunos, que são atraídos pelo apelo de estudar com "stars".
"Um país é "player" importante quando tem universidades influentes no mundo", explica Leandro Tessler, coordenador de relações internacionais da Unicamp.
Para ele, os estudantes têm uma melhor formação se estiverem num ambiente globalizado, ou seja, em contato com ideias e práticas vindas de outros países.
Oscar Vilhena, recém empossado diretor da faculdade de direito da FGV, destaca a demanda por profissionais mais qualificados. "O advogado deve funcionar em uma outra língua e entender a cultura jurídica de outro país."
Cerca de 15% do corpo docente do Ibmec é composto por estrangeiros, segundo Vandyck Silveira, diretor-presidente do instituto. "Perseguir excelência envolve também buscar profissionais no exterior", diz.
Segundo Rinaldo Artes, diretor do Insper, representantes do instituto participam de eventos de recrutamento no exterior na busca por potenciais contratados.
Mas há também o movimento contrário, de quem quer vir para o Brasil. Para Jorge Guimarães, presidente da Capes, as universidades americanas e europeias estão inchadas. Aqui, segundo ele, um docente vindo de fora pode conseguir boa posição até em cargos de chefia.
Guimarães é um defensores da internacionalização do ensino superior. Tanto que o tema compõe um dos capítulos do próximo PNPG (Plano Nacional de Pós-Graduação), que guiará as políticas na área até 2020.
A estratégia para melhorar a qualidade acadêmica envolve atrair de volta ao país profissionais radicados no exterior. As últimas cinco contratações de professores feitas pela EPGE (FGV/ Rio) foram no exterior -dois estrangeiros e três brasileiros.
A de maior peso foi Marcelo Moreira, então professor titular da Universidade de Columbia, nos EUA. Para ele, o desejo pessoal de voltar contribuiu para aceitar o convite. Mas o fato das faculdades estarem investindo em melhorar a pesquisa também.

BUROCRACIA
Na universidade pública, disputar um professor de alto nível no mercado, oferecendo salário e condições de trabalho específicas, é inviável.
Isso, na opinião de Marco Antônio Zago, pró-reitor de pesquisa da USP, não é necessariamente um problema. "A USP não seria uma universidade melhor se contratasse um Nobel", analisa.
Mas a importância que o tema ganhou recentemente também levou a USP a criar uma vice-reitoria de relações internacionais, com foco na internacionalização.
No final da semana passada, a Unesco realizou, em Buenos Aires, encontro entre redes universitárias da América Latina e Caribe. Estavam presentes representantes de todos os países da região, reunidos em 67 instituições públicas e privadas.
O objetivo principal do evento era iniciar o debate sobre como facilitar a internacionalização do ensino superior, afim de manter no continente os cérebros de professores e alunos.
Trazer e levar estudantes e professores para além de suas fronteiras tem uma vantagem adicional: o aumento da produção científica interpaíses e de seu consequente impacto internacional.
Ou seja: quanto mais internacionalizada, mais as universidades sobem nos rankings globais. (Colaboraram LUCAS FERRAZ e MARINA MESQUITA)

sábado, 7 de maio de 2011

Constitucionalismo latino-americano

ELPAÍS.com
Internacional España Deportes Economía Gente y TV Sociedad Sábado, 7/5/2011
Correa celebra un referéndum que le permitirá controlar la justicia
El presidente de Ecuador también busca imponer cortapisas a la prensa
DANIELA CREAMER - Quito - 07/05/2011

El presidente ecuatoriano Rafael Correa pretende darle una vuelta de tuerca a la Constitución aprobada en 2008 para afianzar su poder y tener el control del único sistema que le falta: el judicial. Para ello ha recurrido a su arma favorita: el referéndum. Correa aún cuenta con más del 50% de popularidad tras poco más de cuatro años de gobierno y sabe que será muy difícil que pierda la consulta popular que se celebra hoy y con la que busca legitimar su deseo de poner a la justicia y a la prensa a su merced.



El Gobierno prevé un amplio respaldo en la consulta popular de hoy
La consulta es en todo caso curiosa. La papeleta tiene 10 preguntas que van desde los cambios en la estructura judicial, la creación de una figura de control pública sobre lo que revelan los periodistas, hasta la prohibición de las corridas de toros y de los casinos.

Respecto de la reforma judicial, el referéndum plantea la sustitución del actual Consejo Judicial, máximo órgano del sistema y quien nombra a los más altos magistrados, por una comisión técnica integrada por tres delegados designados por el Ejecutivo, la Asamblea Nacional y por la Función de Transparencia y Control Social -los tres responden al presidente- para que en un plazo de 18 meses reformen el sistema a la medida de Correa. Acabado el periodo, la comisión elegirá un Consejo Judicial con cinco miembros por un periodo de seis años.

El plan ha generado una fuerte protesta tanto en la aún débil oposición como en círculos antes afines al Gobierno, que ven en la consulta la consagración del modelo autoritario de Correa.

El presidente defiende su referéndum aduciendo que va a "meterle mano a la justicia pero por el bien del pueblo". Considera que la reforma planteada por su Gobierno, en caso de ganar el sí, permitirá superar la grave crisis que atraviesa la administración de justicia, la cual ha favorecido una peligrosa y violenta escalada de la criminalidad en todo el país.

El Gobierno también pide el sí de los ecuatorianos para cambiar los plazos para la caducidad de la prisión preventiva y aplicar medidas sustitutivas a la cárcel únicamente para los delitos "menos graves".

El otro tema polémico de la consulta popular es el planteamiento explícito de la conformación de un comité de vigilancia para controlar la difusión de contenidos en los medios de comunicación, ya que según Correa, "en todo el mundo" existen instancias similares.

La pregunta de la consulta es la siguiente: "Con la finalidad de evitar los excesos en los medios de comunicación, ¿está usted de acuerdo con que se dicte una ley de comunicación que cree un Consejo de Regulación que regule la difusión de contenidos en la televisión, radio y publicaciones de prensa escrita que contengan mensajes de violencia, explícitamente sexuales o discriminatorios; y que establezca los criterios de responsabilidad ulterior de los comunicadores o los medios emisores?".

Con esta consulta el Gobierno pretende evitar, además, que las instituciones del sistema financiero privado, así como las empresas de comunicación privadas, sus directores y principales accionistas, sean dueños o tengan acciones en empresas que no correspondan al ámbito para el que trabajan.

Los periodistas se lanzaron el pasado martes -día mundial de la libertad de prensa- en protesta contra la consulta con pancartas y camisetas con mensajes como "Ni miedo ni silencio" o "Periodismo sin ataduras". Durante la manifestación se recordaron hechos históricos y casos de corrupción que fueron desvelados por investigaciones periodísticas. El presidente de la Unión Nacional de Periodistas (UNP), Vicente Ordóñez, reivindicó el valor de la libertad de prensa y ratificó que no se puede hablar de gobiernos democráticos cuando se ponen trabas a ese derecho.

Tanto la intención de la reforma del sistema judicial como las cortapisas a la libertad de prensa coinciden con una serie de demandas judiciales del propio Correa contra medios como el diario El Universo de Guayaquil y periodistas que han revelado casos de corrupción en el Gobierno, sobre todo los contratos millonarios adjudicados al hermano del presidente, Fabricio Correa

quarta-feira, 4 de maio de 2011

Fiss e a guerra do Terror

ONLINE MAY 3, 2011

A Predicament Of His Own Making
Owen Fiss

President George W. Bush and then–President elect Barack Obama meet in the Oval Office. / Eric Draper
On April 4 Attorney General Eric Holder announced that Khalid Sheikh Mohammed, the alleged mastermind of the 9/11 attacks, would be tried along with four other Guantánamo Bay detainees before a military commission to be convened at the prison. The move has been depicted in the press as a capitulation to fierce congressional resistance to the administration’s efforts to dismantle the counterterrorism apparatus constructed by George W. Bush. Indeed, last December Congress passed legislation barring the transfer of Guantánamo prisoners to the United States, thereby blocking Obama’s attempt to try the prisoners in New York. In passing this legislation Congress denied Obama an option—to try before a federal court al Qaeda suspects held at Guantánamo—that Bush possessed though never exercised. Yet long before Congress took this stance, Obama endorsed many of the Bush policies governing prisoners at Guantánamo, including the use of military commissions. Although Congress frustrated the specific plans Obama had in mind for the trial of Khalid Sheikh Mohammed, he created the options that he then confronted, and thus must accept responsibility for the constitutional breaches they represent.


Soon after taking office, Obama signed executive orders banning torture and closing Guantánamo in one year’s time. The question remained what to do with some 250 detainees still at the prison. In a speech at the National Archives in May 2009, he announced a two-track policy for the trial of some Guantánamo prisoners: one group would be tried before civilian courts and the other before military commissions. He indicated no basis for making this allocation.

Following the speech Obama proposed legislation to revise the evidentiary rules governing military commissions. The result was the Military Commissions Act of 2009, under which Khalid Sheikh Mohammed and the other four Guantánamo prisoners will now be tried. In proposing this measure, Obama built upon similar initiatives by Bush, who had issued in November 2001 an executive order establishing military commissions for the trial of Guantánamo prisoners. In June 2006 the Supreme Court set aside Bush’s order, but it based its ruling on a conflict with a statute, not on a violation of the constitutional guarantee of due process, and Congress, acting at Bush’s urging, cured that defect by passing the Military Commissions Act of 2006. Obama, then a senator, voted against the 2006 Act.

Although the 2009 Act improved the rules of evidence established under Bush’s November 2001 executive order and the 2006 Act, the new procedures still fall short of the protections afforded the accused in a civilian trial. More important, the basic structural defect of the earlier measures—trial by military officers—remains. The 2009 Act thus constitutes a further institutionalization of an irregular alternative that the government might use—for reasons we will never wholly know—to prosecute suspected terrorists whom the president determines are not protected by the Third Geneva Convention (Bush referred to them as unlawful enemy combatants; Obama calls them unprivileged enemy belligerents). Like the earlier measures, the 2009 Act only applies to foreign nationals. This limitation on the jurisdiction of military commissions not only raises equal protection issues, but also testifies powerfully to the second-class character of the justice that commissions are likely to render: it is not good enough for Americans.

In the past, military commissions have been used on the battlefield to try belligerents caught red-handed and accused of war crimes. In such circumstances they have been allowed as tribunals of necessity. The 2009 Act and Bush’s earlier measures transformed them into tribunals of convenience, for the statutory changes allowed military commissions to be used for trials at Guantánamo—far removed from any battlefield—for persons held years for on end, in some cases almost a decade.

Given his National Archives speech and his sponsorship of the Military Commissions Act of 2009, Obama is in no position to complain of the threat that the use of military commissions in these circumstances poses to due process. Obama’s only remaining objection to Congress’s actions is a rather limp separation of powers claim—that the December 2010 legislation barring the transfer of Guantánamo prisoners to the United States constituted an improper interference with executive prerogatives. However, if we assume, as Obama posits, that due process does not bar the use of military commissions, it is not clear why the choice of tribunal—federal civilian court versus military commission—should be entrusted to the exclusive discretion of the attorney general. After all, Congress created both tribunals.

In his National Archives speech, Obama not only defended the use of military commissions, but also endorsed Bush’s policy of imprisoning suspected terrorists without providing them with a trial of any type. This policy violates a basic principle—the principle of freedom—that is rooted in due process and the protection of the writ of habeas corpus. Any person imprisoned by the United States must be charged with a crime and swiftly brought to trial. In effect, Obama, much like Bush, claimed there is an exception to this principle that allows the executive to imprison persons captured on the battlefield and to hold them for the duration of hostilities without ever affording them a trial. Yet he did not acknowledge the very special nature of the war against terrorism—a war without a readily foreseeable end—and the threat that imprisonment without trial posed to the principle of freedom and its underlying values when applied to such a war.

Obama denies that habeas is available for the prisoners of Bagram, just as Bush denied it was available for the Guantánamo prisoners.

In March 2011 Obama issued an executive order establishing a system to review periodically those being held at Guantánamo to determine whether they continue to pose a threat to the United States. This review is to be conducted by a board consisting of representatives from the Departments of State, Defense, Justice, and Homeland Security, and the Offices of the Director of National Intelligence and the Chairman of the Joint Chiefs of Staff. This board is required to act by consensus. If it determines that a prisoner no longer poses a threat to the United States, it must issue an order authorizing his transfer abroad, and the secretary of state and secretary of defense are directed to make “vigorous efforts” to arrange for the transfer. Because this handcrafted national security parole procedure is to be applied to prisoners who have never been adjudicated guilty of a crime, Obama’s executive order does not cure, but only underscores, the offense to the principle of freedom posed by his policy—first initiated by Bush—of imprisonment without trial.

Khalid Sheikh Mohammed presents an unusual case, not simply because of his role in 9/11, but also, and more importantly, because Holder had initially determined that he was to be tried and that this trial was to be held in a federal court. At first, Holder announced that the trial would be held in Manhattan. When that announcement produced a firestorm of protest—which New York Mayor Michael Bloomberg, one of Obama’s supporters, soon joined—Holder searched for an alternate venue and apparently contemplated holding the trial at a federal prison in rural Otisville, New York. Before a new site for the trial was announced, however, Congress enacted the ban on using appropriated funds for transferring any Guantánamo prisoners to the United States for any purpose, including trial. The options that then remained for Obama were: (a) the continued imprisonment of Khalid Sheikh Mohammed without trial (he had already been incarcerated for more than seven years) or (b) trial before a military commission. Given the available options, Obama chose the one that is, in my judgment, the less constitutionally offensive. Sympathy for Obama’s choice, however, should not obscure his complicity in constructing the alternatives he confronted.

Given his support for military commissions and indefinite detention without trial, Obama’s determination to close Guantánamo has become a gesture of doubtful significance. In December 2009 he followed up on his initial order promising to close Guantánamo in one year’s time and announced a plan to transfer many of the Guantánamo prisoners to a prison in Thomson, Illinois. In a similar vein, he objected to the December 2010 legislation effectively prohibiting such a transfer, and he vowed to fight for the repeal of that measure. However, once he made the decision, announced in his May 2009 National Archives speech, to use military commissions to try some of the Guantánamo prisoners and to detain others for indefinite, prolonged periods of time without affording them a trial of any type, the Guantánamo closure ceased to be of much importance. Guantánamo became an object of public controversy and was denounced during the 2008 presidential campaign not only because it was viewed as a site where prisoners had been tortured, but also because President Bush had planned to try some of the prisoners being held there before military commissions and to continue to detain others being held there without trial—precisely what Obama intends to continue doing. The objection to Guantánamo was largely an objection to these policies.

The notoriety of Guantánamo also arose because Bush had insisted that the prison lay beyond the reach of habeas corpus—by which a prisoner can challenge the legality of his detention—and successfully pressed Congress to amend the habeas statute to deny the availability of the writ to anyone determined to be an unlawful enemy combatant. The June 2008 Supreme Court decision in Boumediene v. Bush relieved Obama from having to take any position on the availability of habeas corpus for Guantánamo prisoners, for in that case, the Court upheld the constitutional right of Guantánamo detainees to the writ. Obama complied with the Court’s ruling, as Bush did, but then sought—and continues to seek—to limit its scope. In response to habeas petitions from prisoners held at Bagram Air Force Base in Afghanistan, Obama’s lawyers have argued in Al Maqaleh v. Gates that the Boumediene decision should be confined to Guantánamo and Guantánamo alone, and that the prison at Bagram—a facility maintained by the United States and one to which terrorism suspects from the four corners of the earth have been brought—lies beyond the reach of the Constitution. In taking this position, Obama has further deprived the act of closing Guantánamo of meaning.

At the time of the court proceedings in Al Maqaleh, Bagram held about 600 prisoners. The district court applied the criteria Boumediene had announced and found that habeas was available to the four petitioners there who were not Afghanistan citizens. But the court of appeals, applying these same criteria, reversed this decision and denied habeas to all of the Bagram petitioners. At this juncture the petitioners argued that they had new evidence relevant to the application of the Boumediene criteria and that this evidence further suggested that the executive had brought suspected terrorists to Bagram as a strategy for defeating any claims of habeas corpus.

The court of appeals allowed the petitioners to return to the district court. In February 2011 the district court, over the objection of Obama’s lawyers, permitted the prisoners to amend their habeas petition and thus proceed to an evidentiary hearing on their claim. Such protracted litigation is not at all surprising, given the multivariate test Justice Anthony Kennedy laid down in his opinion for the Court in Boumediene—it is nothing more than a laundry list. What is remarkable and disturbing is that today Obama denies that habeas is available for the prisoners of Bagram, just as Bush denied it was available for the Guantánamo prisoners.

Obama, rather than dismantling Bush’s counterterrorism apparatus, has in crucial respects perpetuated it. He has sought to deny habeas corpus to Bagram prisoners, endorsed the policy of imprisonment without trial, and, as vividly indicated by the turnaround with Khalid Sheikh Mohammed, continued the use of military commissions. Obama sometimes endorsed these policies with reluctance, which was never Bush’s style, but ultimately overcame this reluctance and chose to sacrifice principle. With Obama’s sanction, Bush’s counterterrorism policies have become durable features of our legal order. They have shaped our understanding of what is acceptable, and may well serve as precedents for a less reluctant president.

domingo, 1 de maio de 2011

A nova direita na Europa

Nuevos populismos para la Vieja Europa El Pais 1 de maio de 2011
La ultraderecha ha renovado sus formas. Y ahora cosecha grandes triunfos electorales con un discurso euroescéptico y xenofobo

Cuando un partido populista, eurófobo y antimigrantes triunfó en las elecciones generales de Finlandia hace un par de semanas, muchos se preguntaron qué había pasado en uno de los países símbolo de la tolerancia y del Estado de bienestar. Cuando miraron alrededor, se dieron cuenta de que los finlandeses no estaban solos. Vieron que en el mapa de Europa proliferaban partidos que en el pasado hubieran sido apestados políticos por su extremismo, pero que hoy cautivan a buena parte del electorado. En varios países europeos se han convertido en la tercera fuerza más votada. En otros, como en Francia, las encuestas les auguran un futuro muy prometedor
Marine Le Pen y Geert Wilders azuzan el temor a la llamada Eurabia, al desembarco de musulmanes

Hay analistas que llaman a los extremistas 'partidos protesta' porque su misión es cosechar el desencanto
Finlandia, Holanda, Noruega, Suecia, Italia, Francia... La lista de países que registran un auge de los partidos populistas y de extrema derecha es larga. Y más alargada es aún la sombra que proyectan esas formaciones sobre los partidos tradicionales, que crecientemente adoptan algunas de las tesis extremistas a la caza de los votos que sienten les roban los populistas, advierten los expertos.

El populismo y la derecha extremista presentan formas muy distintas a lo largo del continente. Hay, sin embargo, denominadores comunes, entre los que destacan el euroescepticismo y la xenofobia, que tiende a cebarse con los inmigrantes musulmanes. Es común también la presencia en sus filas de un nuevo tipo de líderes, que poco tienen que ver con sus predecesores. Los nuevos políticos populistas son más jóvenes -la mayoría rondan los cuarenta-, más modernos y mejor parecidos. Son carismáticos y tienden a ser grandes oradores a los que se atribuye en buena medida el tirón de sus partidos. Consiguen además desmarcarse del turbio pasado de sus formaciones cuidando su lenguaje, con el que son capaces de transmitir ideas xenófobas sin incurrir en el lenguaje zafio y racista del pasado. Han conseguido en definitiva hacer aceptables y digeribles ideas que hasta hace poco tenían escasa cabida en el debate político.

"Las ideas políticas más radicales son crecientemente aceptables, también entre los partidos tradicionales, que ahora coquetean con las ideas de extrema derecha. Eso es porque los partidos extremistas son ahora más sofisticados y apelan a un electorado más amplio que ya no se avergüenza de votar a la extrema derecha", sostiene Simon Tilford, economista jefe del Center for European Reform con sede en Londres. "Por eso suponen un desafío mucho mayor que la extrema derecha tradicional de los años ochenta y de los noventa", añade Tilford.

Los extremistas han sabido capitalizar el hastío de un electorado con los partidos tradicionales, que han perdido la capacidad de conectar con la ciudadanía. Hay analistas que incluso los llaman "partidos protesta" porque su misión fundamental es cosechar el desencanto de otros. Y se atreven con las polémicas que los partidos de siempre prefieren esquivar. Ni a la derecha ni a la izquierda les ha ahorrado dolores de cabeza ni fracasos electorales evitar temas espinosos como la inmigración. Al contrario. Porque los votantes quieren que les hablen de lo que les preocupa, y la inmigración parece ser uno de esos temas.

Políticos como Marine Le Pen en Francia o Geert Wilders en Holanda han hecho del debate migratorio su bandera y no tienen reparos a la hora de apelar a emociones como el miedo. Azuzan el temor a la llamada Eurabia, es decir, a un desembarco masivo de musulmanes capaces de poner en peligro lo que consideran la identidad europea. Su mérito es doble, porque consiguen infundir miedo en un momento en el que se da la paradoja de que la integración de los trabajadores extranjeros es relativamente exitosa en varios países europeos. Estos políticos fijan los últimos clavos del ataúd del multiculturalismo que, dicen, no funciona y defienden en cambio un modelo asimilacionista, según el cual los inmigrantes que quieran vivir en Europa lo deberán hacer siguiendo las normas y costumbres de los europeos, dejando de lado la herencia cultural de sus países de origen.

Las revueltas en el mundo árabe y el desembarco de norteafricanos en las costas europeas han supuesto un golpe de suerte para los extremistas que ahora hacen su agosto. Marine Le Pen, flamante líder del Frente Nacional francés heredado de su padre, el ultraderechista Jean Marie, visitó el mes pasado la isla italiana de Lampedusa, donde miles de tunecinos han arribado después de la revuelta. "Europa es impotente y no ha encontrado una solución ", dijo. Y a continuación añadió: "Europa debe acercarse lo más posible a las costas de donde parten los barcos clandestinos y enviarlos de vuelta". "Somos testigos de una catástrofe".

Los partidos tradicionales, celosos del éxito populista, dejan a menudo que los más extremistas marquen el paso. Cuestiones como la prohibición del burka, que afectan directamente a un número ínfimo de europeas, han ocupado momentáneamente un lugar central en la vida política y parlamentaria de algunos países, por delante de temas como el desempleo o el adelgazamiento del Estado de bienestar.

La eurofobia es la otra gran pata del banco de los extremistas, que consideran a la Unión Europea fuente de todo mal. De nuevo es un mensaje que cala con facilidad entre un electorado que no siente las instituciones de Bruselas como propias y que, por tanto, no acaba de entender por qué hay que financiarlas. Jean-Dominique Giuliani, presidente de la Fundación Robert Schuman, añade que el momento que atraviesa Bruselas tampoco ayuda. "La UE no está en buena forma. La crisis económica, la ampliación y la incapacidad para alcanzar consensos de forma rápida en un mundo cambiante contribuyen a la frustración de los ciudadanos". Y apunta otra idea. "La población europea envejece, y los mayores se repliegan sobre aquello que conocen mejor y que poseen. Tienen miedo a perder sus pensiones y todo lo que han conseguido en su vida".

Los partidos clásicos no han encontrado todavía la fórmula idónea para lidiar con los nuevos actores políticos que juegan con ventaja, porque se desmarcan de las reglas de un juego político del que, sin embargo, se benefician. Juegan la carta antisistema, critican a las instituciones y a los gobernantes, y les funciona. En países como Bélgica, hace años se optó por el llamado cordón sanitario, por el que se aísla al extremista Vlaams Belang en un vano esfuerzo de contención. El resultado es que en la oposición, alejados del desgaste del poder, los extremistas flamencos no han dejado de crecer. En otros países europeos piensan, por el contrario, que es mejor dejar gobernar a los antisistema, porque creen que sus discursos no son sostenibles en la cima del poder, que inevitablemente minará su popularidad.

A primera vista, podría parecer que la crisis económica y financiera que ha sembrado el miedo ante un futuro poco prometedor podría jugar a favor de los extremistas. No es, sin embargo, este un factor decisivo, explican los expertos. Basta con analizar en qué países el resurgir populista cobra más fuerza. Holanda, Finlandia, Noruega o Alemania, donde los discursos antiinmigración triunfan como nunca, no se han visto apenas golpeados por la crisis financiera que sí ha destrozado otras economías europeas. Por eso, dicen los analistas, el verdadero problema surgirá el día en que los extremismos cobren fuerza en países más afectados por la crisis como España, Grecia o Reino Unido. "Si en esos países los niveles de desempleo siguen tan altos como hasta ahora y si en los próximos años no se producen mejorías económicas, el terreno estará abonado para que extremismos -tanto de izquierda como de derecha- florezcan", augura Tilford.

A direita na Alemanha e na Austria

El Pais
Austria, a la derecha de Alemania
Frente al éxito del populismo austriaco, los demócratas alemanes rechazan al NPD
JUAN GÓMEZ 01/05/2011


Además del idioma, Alemania y Austria comparten el episodio más negro de sus respectivas historias. Cuando los nazis alemanes acabaron con el régimen austrofascista de 1934 para anexionarse el país natal de Adolf Hitler en 1938, masas de austriacos pangermanistas los recibieron con entusiasmo. La guerra y el genocidio que alemanes y austriacos emprendieron juntos tienen hoy un efecto bien distinto en la vida política de los dos vecinos. En Alemania hay un partido neonazi, el Nacionaldemocrático (NPD) -con representación parlamentaria en los länder orientales Sajonia y Mecklemburgo-Pomerania Anterior-, que está aislado por los demás partidos. Mientras que en el Parlamento austriaco coexisten dos fuerzas de derecha populista: tanto el Partido Liberal (FPÖ) como la Alianza por el Futuro de Austria (BZÖ) juegan con éxito las cartas de la xenofobia y el euroescepticismo. Bajo el liderazgo de Jörg Haider, que lo dirigió entre 1986 y 2000, el FPÖ austriaco consiguió su mayor éxito electoral, con el 27% de los votos, en las generales de 1999. El FPÖ accedió al Gobierno en una coalición con los democristianos (ÖVP). En 2005 dejaron el Gobierno. Un año después, Haider había abandonado el partido y presentado la nueva BZÖ como alternativa de la derecha populista. Entre ambas formaciones rivales obtuvieron el 28% de los votos en 2008, lo cual les permitió controlar 55 de los 183 escaños parlamentarios en Viena. Pese a su división, y a la muerte de Haider, esta derecha populista conserva un gran peso en Austria.


En el caso de Alemania, los partidos democráticos, con escasas excepciones, han rechazado cualquier colaboración con el NPD. No obstante, hubo varios intentos de fundar grupos populistas a la derecha de los democristianos. El llamado "partido de Schill", por ejemplo, llegó a gobernar Hamburgo junto a los democristianos entre 2001 y 2004. El reciente éxito del libro xenófobo del socialdemócrata Thilo Sarrazin demuestra que hay caldo de cultivo para estas posiciones. Según el politólogo berlinés Hajo Funke, "es posible que hasta el 40% de los alemanes puedan ser receptivos a estas ideas, pero un populismo de derechas organizado topa aún con la memoria de cuando llevamos esas ideologías a la práctica, hace 70 años". A esto hay que añadirle razones meramente pragmáticas y de imagen: el populismo derechista que a menudo se perdona a austriacos u holandeses haría saltar las alarmas internacionales si proviniese de una potencia económica y política como Alemania.

Crise do rankeamento das universidades

ELPAIS. Opinión 5 de 14 en Opinión anterior siguiente TRIBUNA: JOSÉ LUIS PARDO
No me hables de Oxford
Los cacareados 'rankings' de universidades son como las listas de éxitos populares. Pero la excelencia no es lo mismo. Los criterios de evaluación basados en la rentabilidad son toda una amenaza
JOSÉ LUIS PARDO 01/05/2011



Por si fuera necesario, confieso de entrada mi admiración por universidades como las de Harvard, Yale, Cambridge, Oxford, Berkeley, París y otras, y añado que no solamente no tengo (ni he conocido a nadie que tenga) reparo alguno en que las universidades españolas se parezcan a las de esa lista, sino que estaría encantado de que así fuera, como también me gustaría que España se pareciera en muchos otros indicadores a los países en donde residen esas instituciones.

La noticia en otros webs
webs en español
en otros idiomas
Se pretende sustituir las universidades por "centros de producción del conocimiento"

Da vergüenza juzgar a Pitágoras, Galileo o la teoría de la relatividad por su 'competitividad'
Sin embargo, y por desgracia, a pesar de que el logro de este parecido fue una de las coartadas para su implantación, no tengo (ni he conocido a nadie que tenga) la impresión de que eso vaya a ocurrir con el Plan Bolonia -quien quiera darse un paseo por las universidades recién reformadas podrá ver que sus campus, incluso los nombrados "excelentes", siguen sin tener aún una atmósfera oxoniense, y que incluso son un poquito más cutres que antes y más parecidos a los patios de recreo de la ESO-; tampoco me parece que vaya a ser este el resultado de la aplicación de la burocracia delirante de las Agencias de Evaluación y del fascinante Estatuto del Profesorado que permitirá llegar a catedrático a base de ocupar puestos de gestión y con un cero en investigación (véase La universidad que viene: profesores por puntos, tribuna de J. A. de Azcárraga, en EL PAÍS del 3-3-2011). Finalmente, descreo también de que se vaya a alcanzar este objetivo practicando lo que el profesor José Montserrat, en una carta al director, llamaba acertadamente el "nacionalismo científico" defendido en estas mismas páginas por los profesores Ortín y Álvarez (No hay ciencia sin competición, EL PAÍS del 12-3-2011) y por todos los que nos marean con los famosos rankings de las mejores universidades del mundo.

Y no es que yo niegue la validez de estas clasificaciones: eso sería por mi parte tan estúpido como dudar de la eficacia del rating de la deuda por parte de las agencias de calificación del riesgo financiero, cuando veo la eficacia con la que disminuyen mi salario todos los meses. Pero así como los más de 3.000 firmantes del Manifiesto de economistas aterrados (Pasos Perdidos, Madrid, 2011) tienen dudas de que los mercados sean los mejores jueces de la solvencia de los Estados, yo también albergo algunas sobre la imparcialidad de esas clasificaciones, que guardan con la excelencia científica una relación parecida a la de la lista de Los 40 Principales con la calidad musical: nos dicen qué es lo que más se vende (y, en ese sentido, lo más competitivo), pero no siempre lo más vendido es lo mejor -espero que se me dispense de tener que argumentar exhaustivamente esta afirmación, acerca de la cual puede consultarse el instructivo Adiós a la Universidad, de Jordi Llovet (Galaxia Gutenberg, 2011).

Si nos llenan de admiración nombres como los de Oxford y Cambridge no es solo ni principalmente porque aparezcan en los primeros puestos de un hit parade del mercado del conocimiento que se publica desde hace cuatro días. Como señalaba Juan Rojo, para conocer la calidad de una universidad "no hace falta ningún formulario, ni el seguimiento del número de tutorías, ni el control del número de alumnos por clase. Ni siquiera hace falta usar la palabra Bolonia. Basta con atenerse a su prestigio científico reconocido". (El segundo principio de la termodinámica, EL PAÍS del 31-3-2011). Esa superioridad se debe, entre otras cosas, a la tradición que ha convertido a esas instituciones en lo que algunos llaman despectivamente "mausoleos de sabiduría", tradición que no hace reposar la excelencia solamente en llegar el primero a la meta (que no es precisamente el origen de la noción de "excelencia" que tan orgullosamente manejan hoy los partidarios del Espíritu Deportivo), sino ante todo en la autonomía del saber científico con respecto a los poderes económicos y políticos que siempre han tenido la tentación de controlar el conocimiento y de ponerlo a su servicio, siendo su independencia uno de los signos distintivos de las universidades desde que la ciencia se separó de la magia y de la teología.

Y este es uno de los motivos por los que me parecen preocupantes la confianza en la autorregulación del mercado del conocimiento mediante la libre competición -una creencia sobre la cual la actual situación económica mundial podría arrojar al menos algunas dudas- y la pretensión de sustituir las viejas universidades por nuevos "centros de producción de conocimiento". Pues, como señala acertadamente Simon Head en su comentario del último enero a El capitalismo académico y la nueva economía (Johns Hopkins U.P., 2011) en la revista de libros de The New York Times, lo que amenaza la calidad y la libertad académica de las universidades (incluidas Oxford y Cambridge) son los procedimientos de evaluación que hacen depender su continuidad y su sostenibilidad de parámetros fijados en términos extracientíficos, concretamente de la rentabilidad en la producción de conocimientos que tanto defienden los patrocinadores de los rankings universitarios, porque en este caso se corre el peligro de que -solo es un ejemplo- sean las empresas farmacéuticas las que decidan la orientación de la investigación en química orgánica o las Consejerías de las comunidades autónomas quienes determinen la dirección de los estudios de filología clásica. Por supuesto que puede uno defender, incluso por motivos patrióticos, ese modelo de producción competitiva para el mercado del conocimiento, pero quien lo haga debe admitir claramente que comporta la destrucción de las universidades ilustradas modernas tal y como las conocemos desde el siglo XVIII, del mismo modo que algunos dicen -basándose en clasificaciones completamente objetivas con respecto a la pujanza de los llamados "países emergentes"- que la democracia resulta poco competitiva en una economía globalizada.

En cuanto a las observaciones de psicología profunda y antropología fundamental sobre la esencia competitiva de la naturaleza humana con las que a veces se sazona esta polémica, su carácter puramente ideológico y vacío resalta claramente en el contraste entre la grandilocuencia de su retórica y la pobreza y confusión de sus argumentos (no se puede defender a la vez el carácter cooperativo y competitivo de la ciencia). Lejos de mí, en cualquier caso, la intención de minimizar el alcance del afán de gloria a lo largo de la historia de la humanidad: nunca faltaron guerras para atestiguar su inequívoca importancia. Pero si, a pesar de nuestros inveterados instintos bélico-deportivos, admitimos que no todo vale para ganar -pues el asesinato, la extorsión, el chantaje y la violencia son altamente competitivos y sin embargo los castigamos-, es que aceptamos que hay algo más importante que la competición misma, algo que es de otro orden que ella y a lo que ella debe someterse y que ha de limitarla, algo que los clásicos llamaban verdad, justicia y belleza (tres marías que, ay, tampoco van a salir en los rankings de la producción de conocimientos), algo que seguramente sigue pesando en el hecho de que, fueran cuales fueran los resortes psíquicos de los hombres que hicieron los descubrimientos correspondientes, todavía nos da un poquito de vergüenza decir que el teorema de Pitágoras, la ley de caída de los graves de Galileo o la teoría de la relatividad especial nos parecen admirables porque son muy competitivos.

Y es que la competitividad no deja de ser una relación entre los hombres. La ciencia, por el contrario, es primariamente una relación con las cosas que, por ser irreductible a las rivalidades humanas, puede a veces servir para hacer una paz digna entre mortales. Pero cuando la verdad acerca de las cosas se subordina a las ambiciones y rivalidades de los hombres, aunque ello suponga éxitos económicos o políticos a corto plazo, puede suceder que los puentes elevados bajo ese principio se derrumben al primer vendaval o que los edificios erigidos sobre esa base se vengan abajo dejando a la intemperie a sus habitantes, a pesar de haber ocupado en las clasificaciones mundiales un puesto tan glorioso como el de Lehman Brothers unos días antes de su quiebra, porque la naturaleza acaba sancionando -a menudo de forma poco diplomática- la miopía, la irresponsabilidad y la incompetencia de ese punto de vista tan deportivo